5 pasos para comprobar los enlaces rotos de una web

comprobar enlaces rotos de una web

5 pasos para comprobar los enlaces rotos de una web

Los enlaces rotos afectan a más de la mitad de las imágenes y contenidos de sitios web. Sorprende que, según un estudio de Ahrefs, el 66,5% de los links evaluados apunten a archivos y páginas caídas que devuelven el temido error 404. Esta irregularidad supone un problema por distintas razones: perjudica la indexación de páginas en motores de búsqueda, empeora la reputación y credibilidad de la marca y afecta negativamente a la experiencia del usuario.

No hay fórmulas milagrosas para restaurar sin esfuerzo cientos o miles de links caídos. La solución pasa por comprobar los enlaces rotos de una web de forma metódica, rigurosa y continua. Más que una obligación puntual, es una tarea que las empresas con presencia digital deben completar regularmente, como se hace con la limpieza del local comercial: si los enlaces caídos se acumulan, los stands y escaparates virtuales darán una pésima impresión al cliente.

Guía para comprobar los links rotos, en 5 pasos

Localizar y restaurar los enlaces rotos en webs es una labor delicada que suele dejarse en manos de expertos en SEO y content management. Aunque cada maestrillo tiene su librillo, la búsqueda de links problemáticos —y su posterior eliminación, reconstrucción o desindexación de Google— se realiza con ayuda de metodologías y herramientas comunes, más o menos fáciles de explicar. Cinco son los pasos que generalmente siguen estos profesionales, a saber:

Paso 1: evaluar la situación actual

Las consecuencias de mantener enlaces rotos en un sitio web pueden ser nefastas, pero todo depende de su número, tipo y trascendencia para las páginas que los alojaban. Por ejemplo, los enlaces al producto central de una landing page son la razón de ser de este contenido y su ausencia ocasiona un daño terrible a la compañía, mientras que otros links más casuales (aquellos que amplían la información de una pieza de contenido secundaria, por ejemplo) causarán un menor estropicio.

Es importante formarse una idea precisa de la magnitud de este problema. Que el software evaluador de enlaces de turno detecte varios cientos de enlaces caídos no siempre es motivo de alarma, pues han de ponderarse conforme al total de contenidos publicados. En este sentido, un estudio de eQAfy sobre 54 mil webs de universidades reveló que el porcentaje de links rotos por cada 100 páginas asciende al 5,92%.

Esta densidad de enlaces caídos, por así decirlo, es una referencia útil, aunque no indiscutible, para estimar la gravedad de la situación. Google Analytics y otras herramientas de analítica web informan sobre el número de errores de redirección, 404 o similares que se detectan en un determinado sitio. También existen herramientas sin coste ni instalación, como Dead Link Checker o Dr. Link Check, que permiten conocer este mismo dato. Después se procederá a comparar el total de hipervínculos afectados con la suma de las páginas publicadas, obteniendo la media en forma de porcentaje tras aplicar una regla de tres.

Paso 2: identificar los enlaces problemáticos

Los enlaces que impiden optimizar el ‘crawl budget’ y acarrean otros perjuicios pueden ser localizados fácilmente con ayuda de múltiples herramientas, gratuitas y de pago. Search Console de Google es una excelente opción, por ofrecer listados de páginas con errores 404 a través de la función ‘Errores de rastreo’ (Crawler errors) y especificar otros datos de interés.

Varias son las alternativas a Search Console, como SEMrush, una suite de herramientas ampliamente conocidas en el mundo del SEO. Sus auditorías web cuentan con informes dedicados a los enlaces rotos. Ahrefs, Moz o SE Ranking también merecen consideración por sus distintas opciones y precio económico.

Ligeramente distinta a las anteriores es Screaming Frog. Esta aplicación de escritorio, disponible en Windows, macOS y Ubuntu, incorpora una selección de herramientas enfocadas al SEO y el diseño web. Concretamente, en su pestaña ‘Response Codes’, pueden examinarse todas las URLs del sitio web con errores y filtrarse según su tipo; el 404 corresponde a los enlaces rotos. Por otra parte, ciertos plugins para CMS como WordPress se especializan en esta misma tarea, como Broken Link Checker.

Paso 3: eliminar o reconstruir los enlaces rotos

Localizados los hipervínculos problemáticos, se procederá a modificar su URL de destino o la dirección web del archivo o página enlazada, siendo esto preferible a su eliminación. Cuando se trata de enlaces internos, realizar esta operación es fácil pero laboriosa, pues debe hacerse individualmente. En ocasiones se podrá agilizar la tarea gracias a las redirecciones 302 o 301. En general, los enlaces rotos en WordPress y otros CMS pueden modificarse manualmente o con ayuda de plugins y herramientas externas, como Broken Link Checker o WP Broken Link Status Checker.

La problemática se complica con los enlaces rotos en SEO situados fuera de la propia web. Contactar con administradores de webs ajenas puede ser una pequeña odisea, bien por la falta predisposición de su personal, bien por la demora de las respuestas. Si resulta inviable modificar la ruta de la URL o suprimir el hipervínculo en cuestión, deberá optarse por una redirección 301.

Al restaurar links internos y externos, se recomienda adoptar una actitud positiva y aprender a convertir los problemas en oportunidades. En términos de posicionamiento orgánico, la tarea de modificar enlaces antiguos puede rentabilizarse, más si cabe, con adición de palabras clave, el acortamiento de los slugs de las URL y otras mejores SEO de los ‘anchor texts’.

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Paso 4: restablecer la reputación online

Después de comprobar los enlaces caídos de una web, se aconseja ‘limpiar’ la reputación online de la web afectada. Si miles de links defectuosos fueron indexados por Google u otro buscador durante un largo periodo de tiempo, es probable que su algoritmo se haya formado una idea negativa de la web, aplicando eventuales penalizaciones SEO que pueden estar lastrando su rendimiento en las SERPs.

Y es que el buscador propiedad de Alphabet «se esfuerza mucho por asegurarse de que lo que ocurre en webs de terceros no afecte negativamente a otros sitios web. En algunas circunstancias, los enlaces que llevan a una página o sitio pueden repercutir en la opinión que tiene Google sobre esa página o sitio», advierten desde el centro de asistencia de Search Console.

Por esta razón, Google pone a disposición de los webmasters dos recursos útiles —la desautorización de links y la retirada de contenido obsoleto—, que pueden emplearse legítimamente para mitigar los efectos de los enlaces caídos. Adoptar una u otra medida depende de la razón por la cual el hipervínculo es problemático.

En primer lugar, los enlaces creados externamente proliferan sin control ni consentimiento de la web destinataria de sus clics. Cabría pensar que las visitas siempre son bienvenidas, ¿verdad? La realidad es bien distinta, pues cientos de links maliciosos pueden surgir de la noche a la mañana proveniente de fuentes desconocidas, y la web afectada sólo dispone de un ‘arma’ para defenderse: la desautorización de enlaces de Google disponible en Search Console y de los recursos homólogos de Bing Webmaster Tools.

Con frecuencia, la rotura de enlaces se produce por una cuestión de obsolescencia: la página o archivo al que redireccionaban ha cambiado su ruta, alterado su slug o sencillamente no está disponible. Por natural que sea que los productos o servicios venzan en el tiempo, sus enlaces permanecen activos dentro y fuera del sitio web. Para evitar que Google siga manteniéndolos en su índice y generando errores 404, se recomienda utilizar la herramienta ‘Retirar contenido obsoleto’ de Search Console.

Paso 5: adoptar medidas preventivas

La pérdida de enlaces, sobre todo de los externos o salientes, es inevitable. Pero sus consecuencias más negativas —aumento de la tasa de rebote, desprestigio del sitio web en las SERPs, etcétera— pueden prevenirse con el uso prioritario de los permalinks o con la activación de notificaciones instantáneas.

En concreto, estas últimas se encuentran disponibles en Search Console —cuyas utilidades SEO ya abordamos en este artículo—. Esta herramienta permite así el monitoreo de enlaces en tiempo real y la recepción de avisos en caso de producirse un cambio en su estado normal.

Por su parte, el diseño general de las URLs deberá actualizarse para generar direcciones más breves, sencillas y legibles. Idealmente, la ruta debería contener, además del protocolo HTTPs, el nombre del dominio, la extensión TLD y el slug correspondiente al contenido o recurso enlazado. Por el contrario, las subcarpetas, fechas y otros parámetros suelen ser lastres innecesarios que propician además multitud de lapsus de escritura.

Frente a los enlaces temporales, comunes en landings promocionales, son preferibles los permanentes o permalinks, con el objetivo de establecer vínculos más estables y duraderos. Su estructura está pensada para resistir eventos como la eliminación de categorías y tags y casi cualquier cambio en la arquitectura web.

Conocer las principales causas de enlaces rotos también ayuda a impedir su aparición. Así, un porcentaje mayoritario de los links caídos están motivados por errores ortográficos, la adición accidental de espacios en el slug, la modificación de la estructura URL o el uso del protocolo HTTP en lugar de HTTPs. Sabiendo esto, los equipos de marketing se cuidarán de repetir estas erratas en el futuro.