Hosting y SEO: 5 claves para elegir un alojamiento web enfocado al posicionamiento
Aunque Internet superaba los 30 mil hosts a fines de la década de los setenta, las primeras compañías de alojamiento web no se fundaron hasta 1988, con la creación de 1&1 EDV-Marketing GmbH en Alemania. Su número alcanza hoy la cifra de 330.000 proveedores, nada menos. Con el surgimiento del SEO, numerosas empresas lanzaron productos optimizados para esta área del marketing digital. ¿Sus características más notables? Una alta velocidad de respuesta, la ubiquidad de sus servidores de red, el acceso a CDNs y un uptime cercano al 99,9%. Por separado estas prestaciones no significan mucho, pero combinadas dan lugar a un perfecto hosting SEO.
Uptime y downtime, la prueba del ‘algodón’
En la jerga de la computación, los anglicismos uptime y downtime indican el tiempo que una página web se mantiene operativa o fuera de servicio, respectivamente. Con estas medidas se logra determinar la calidad y fiabilidad del proveedor de hosting. Idealmente el uptime sería del 100%, pero la realidad es menos halagüeña: los servidores del alojamiento web medio permanecen disponibles el 99,59% del tiempo, según un estudio del portal WebsiteSetup en colaboración con una treintena de proveedores de hosting. Y no es una debilidad exclusiva de startups y PYMEs: el 60% de las empresas de la prestigiosa lista Fortune 500 ostentan downtimes del 0,95%, quedando inoperativas durante una hora y media a la semana, de acuerdo a la compañía Dun & Bradstreet.
Cuando hablamos de uptime en hosting para SEO, una relación de 99 sobre 100 es insuficiente. El rendimiento idóneo debe aproximarse al 99,9% para garantizar la máxima estabilidad y fluidez a la experiencia del usuario (UX). Precisamente aquí se evidencia la importancia del hosting en posicionamiento web. Porque las páginas con un downtime fuera de lo común (superior a un 0,01%, digamos) reducen la UX, al interrumpir la navegación y limitar el acceso a la información disponible. Esta carencia no pasa desapercibida a los rastreadores de Google. Incluso si su timing de rastreo no coincide con las ‘caídas’ del servidor, los googlebots se sirven de otros parámetros para identificar downtimes altos y otras irregularidades de la web, como las métricas de su plataforma Analytics.
Velocidad de respuesta del servidor, inferior a 500 ms
En los últimos doce meses, la velocidad promedio de carga de sitios web en ordenadores ha sido de 2,1 segundos, registro que se dispara hasta los 5,3 segundos en móviles y tablets, según datos del proyecto HTTP Archive. Dos décadas atrás, sin embargo, los sitios web tardaban hasta 12 segundos en visualizarse.
Consciente de su influencia en la experiencia del usuario, Google prioriza en sus SERPs los sitios web con menores tiempos de carga, de modo que esta KPI constituye un importante factor de posicionamiento orgánico en buscadores. En este sentido, los tiempos de respuesta del servidor desempeñan un rol protagonista en el alojamiento web para SEO, y su métrica más destacada es el TTFB.
El TTFB (del inglés Time to First Byte, es decir, tiempo hasta el primer byte) muestra la capacidad de respuesta de un servidor web, que por lo general será inferior a los 500 milisegundos, siendo recomendable de 150 a 200, según las Directrices para Webmasters de Google. Desde el buscador de Alphabet señalan que «son varios los posibles factores que pueden ralentizar la respuesta del servidor: una lógica de aplicación lenta, consultas lentas a la base de datos, un enrutamiento lento, los entornos, las bibliotecas, la escasez de recursos del procesador o la escasez de memoria».
Para su análisis y medición adecuadas, son aconsejables las herramientas de test de velocidad web, como GTMetrix, Pingdom o PageSpeed Insights. Recuerda que optimizar el TTFB no es una acción puntual, sino un proceso continuo. En palabras de Google, «cuando los problemas se hayan resuelto, debes seguir midiendo los tiempos de respuesta del servidor y solucionar los embotellamientos que detectes en el futuro».
La ubicuidad de los servidores, un valor indispensable en hostings
Expandir el alcance geográfico de un sitio web requería, en los albores de Internet, la contratación de dominios territoriales y de alojamientos web situados en el país foráneo, una operación nada asequible pero necesaria, dada la influencia del sistema de nombres de dominio (DNS) en los tiempos de carga. Las DNS de hostings locales permiten, en efecto, acortar los tiempos de respuesta del servidor, contribuyendo a mejorar la navegación.
¿Existen hoy alternativas a la contratación de hostings y dominios locales para geoposicionar webs? La respuesta es sí. Proveedores de alojamiento web como TMDHosting, SiteGround, A2 Hosting o FastComet permiten elegir múltiples localizaciones para sus servidores, lo que posibilita el uso de IPs autóctonas y reduce el recorrido del visitante desde que clica en el sitio web hasta que accede al mismo.
Esta ubicuidad marca la diferencia en hostings enfocados al posicionamiento web, siendo beneficiosa para dos perfiles de empresas: propietarias de páginas multilingües (un ecommerce español disponible en inglés, francés e italiano además de español, por ejemplo) o de páginas con tráfico internacional (una plataforma sólo en inglés cuyos clientes proceden de Irlanda, EE.UU y Australia, p. ej.). Con todo, determinados proveedores circunscriben la ubicación de su data center a un único país o región: InterServer sólo cuenta con servidores en Nueva Yersey, Hostalia en Madrid y Vizcaya, InMotion Hosting en Los Ángeles y Virginia, etcétera. Por lo general, estas opciones tan restringidas son incompatibles con estrategias de SEO multilenguaje y, por tanto, deben ser declinadas.
Certificados y estándares de seguridad, una garantía para empresas y clientes
Las medidas antihack han ganado enteros en el sector del hosting, por la escalada del 135% que DDoS y otros ataques informáticos experimentaron durante el primer trimestre de 2021, según datos de F5 Labs. Esta amenaza ha motivado que webmasters y especialistas en marketing se replanteen las prestaciones buscadas en alojamientos web para posicionamiento SEO.
Afortunadamente los proveedores de hosting cuentan con altos niveles de protección. Indicadores fiables de este apartado son los estándares y certificados expedidos por la Organización Internacional de Normalización (ISO) y el PCI Security Standards Council. Así, el Certificado ISO 27001 identifica a las empresas que cumplen con las directrices de gestión de seguridad marcadas por esta organización. Con ello se asegura el seguimiento de buenas prácticas, como la revisión de fallas o el acceso restringido de la información, para su adecuada protección en escenarios de ataque.
Por su parte, cada vez más empresas de alojamiento web incorporan en su data center el estándar PCI DSS, un conjunto de pautas para el procesamiento seguro de pagos con tarjeta de crédito y débito en entornos digitales. Además, este estándar es sometido a una validación periódica por equipos de auditores con autorización ‘Qualified Security Assessor’ (QSAs).
De mayor relevancia que estos certificados es el Secure Sockets Layer (SSL), un archivo responsable de encriptar los datos, autenticar la identidad del sitio web e implementar el protocolo HTTPs, garantizando así la seguridad de la conexión entre servidores y clientes. Además de blindar su protección, los certificados SSL benefician a tiendas y negocios online de dos formas: (1) generando confianza en el internauta al mostrarle el icono de un candado verde y (2) obteniendo un trato favorable por parte de buscadores como Google, que penalizan la ausencia de cifrado HTTPs desde 2018. De hecho, el gigante de las búsquedas de Internet recomienda «usar proveedores de alojamiento que integren SSL y configuren HTTPs».
CDNs, un plus para la velocidad de carga
Volviendo a la velocidad de carga, un creciente número de empresas de hosting presta servicios de Content Delivery Network (CDN), complemento idóneo para webs con tráfico proveniente de diversos países. Esta tecnología, nada novedosa en realidad (las primeras redes de distribución de contenido fueron introducidas en 1988 por la corporación Akamai), agiliza los tiempos de respuesta del servidor al actuar desde la misma región que el visitante.
Las CDNs se fundamentan en la distribución de múltiples servidores por el mundo, en los que se conserva una ‘instantánea’ reciente del sitio web del cliente, que en adelante se mostrará a aquellos visitantes situados fuera de su territorio. Por ejemplo, los usuarios valencianos de un sitio web ubicado en la Capital del Turia accederán al contenido almacenado en sus servidores, mientras que el resto (aragoneses, parisinos, neoyorquinos, etc.) visualizarán una copia del mismo en caché. De este modo se logra minimizar la latencia y otros problemas asociados a conexiones distantes.
Reputados proveedores de CDNs son Amazon AWS, Cloudflare, Akamai CDN, Google Cloud CDN y Microsoft Azure CDN, si bien algunas compañías de hosting ofrecen este servicio, como se ha mencionado, indispensable hoy para hostings específicos para posicionamiento SEO.
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