A vueltas con la IA: Google Gemini y sus consecuencias para el SEO
«Cada cambio tecnológico es una oportunidad para avanzar en los descubrimientos científicos, acelerar el progreso humano y mejorar la vida». El director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, presentó con estas palabras su nueva inteligencia artificial generativa, Gemini. Esta IA de vanguardia pasará a formar parte del ecosistema del buscador de Alphabet (RankBrain, Bard, SGE, Duet AI), siendo el primer modelo de su clase en superar a los expertos humanos en MMLU (Comprensión de Lenguaje de Multitareas Masivas, por sus siglas en inglés).
Google Gemini fue anunciada en la conferencia principal de Google I/O de 2023 y, pese a estar en fase beta, se postula como una sólida alternativa dentro del mercado de los LLMs, donde competirá contra Falcon, PaLM, Claude, LlaMa y por supuesto, GPT-4 de Open AI. Pero ¿qué es Google Gemini? ¿De cuántas versiones dispone? ¿Cuál será su impacto en el posicionamiento orgánico en buscadores?
¿Qué es Google Gemini y cuáles son sus principales versiones?
Gemini se define como un modelo de lenguaje grande (LLM) de tipo multimodal, es decir, capaz de entender cualquier información proveniente de fuentes diversas (imágenes, vídeos, audios, códigos, etcétera). Fue desarrollado por la subsidiaria de Google, DeepMind, que desde 2010 está dedicada a la investigación y desarrollo de la IA.
Más que la alternativa a ChatGPT de Google, Gemini contaría con prestaciones que superan holgadamente a su competidora de OpenAI. Una de sus grandes fortalezas es el planteamiento de su diseño, multimodal de base, de manera que muestra un razonamiento avanzado de forma nativa.
De hecho, las habilidades de reconocimiento y comprensión de Gemini carecen de precedentes en esta industria. En palabras de Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind, la novedosa IA de Google «fue construida desde cero para ser multimodal, lo que significa que puede generalizar y comprender, operar y combinar sin problemas diferentes tipos de información, incluidos texto, código, audio, imagen y video».
Por su parte, Sundar Pichai asegura que la inteligencia artificial generativa (IAG) satisface un abanico más amplio de necesidades informativas, siendo capaz de responder a nuevos tipos de preguntas. «La gente lo encuentra particularmente útil para preguntas más complejas, como comparaciones o consultas más largas. También es útil en áreas donde las personas buscan una comprensión más profunda», puntualiza el máximo responsable de Google.
Hassabis también recalca la flexibilidad de Gemini, diseñado para rendir eficientemente desde ordenadores, centros de datos o teléfonos móviles. «Sus capacidades de última generación mejorarán significativamente la forma en que los desarrolladores y los clientes empresariales construyen y escalan con IA», afirma el investigador británico en un artículo del blog oficial The Keyword.
Como también se informa en el vídeo introductorio, Gemini supera en escalabilidad a cualquier de sus rivales en el campo de los LLMs, ya que opera con solvencia desde móviles, ordenadores y otros dispositivos. Su base de operaciones, por así decirlo, se encuentra en la nube, encargada de procesar las consultas del usuario y generar las respuestas. Para ello, Google ha desarrollado tres versiones de Gemini: Nano, Pro y Ultra.
Gemini Nano, una IA de bolsillo
La versión Nano de Gemini contiene características pensadas para beneficiar al rendimiento y necesidades del usuario móvil. A diferencia de otras versiones, opera directamente desde el terminal, por lo que los datos del usuario no se comparten con terceras partes. Está disponible para instalar en terminales Pixel 8 Pro, y se subdivide en dos versiones: Nano-1, con 1.800 millones de parámetros, y Nano-2, con 3.250 millones de parámetros.
Gemini Pro, para desarrolladores y empresas
La versión Pro es la apuesta de Google por atraer a desarrolladores profesionales y empresas interesadas en la inteligencia artificial generativa. Sus prestaciones son equiparables a GPT 3.5 y, visto el rendimiento de Ultra, es el modelo estándar de Gemini. Sus clientes disfrutarán de integración con distintos servicios relacionados, Google AI Studio o Vertex AI Google.
Gemini Ultra, la versión más potente y avanzada
Con la versión Ultra, las multinacional de Mountain View confía en superar las capacidades de GPT-4 y otros LLMs avanzado. Citando de nuevo a Hassabis, «es el primer modelo que supera a los expertos humanos en MMLU (comprensión masiva de lenguajes multitarea) […], con una puntuación del 90,0%, […] que utiliza una combinación de 57 materias como matemáticas, física, historia, derecho, medicina y ética para la resolución de problemas». Su lanzamiento con acceso anticipado estará disponible durante el presente año.
Respecto a la disponibilidad de Gemini, los usuarios de Pixel podían descargar la versión Nano desde el pasado mes de diciembre, a la espera de su llegada a dispositivos Android. Mayores eran las limitaciones que enfrentaba la versión Pro, disponible solo en Estados Unidos para los internautas de habla inglesa. Esta restricción se diluyó el pasado 1 de febrero, cuando la compañía aseguró haber «ampliado el soporte de Gemini Pro en Bard a más de 40 idiomas y más de 230 países y territorios», incluida España. Como se ha mencionado, Ultra sigue en proceso de mejora, a la espera de que los controles de seguridad de Google avalen su lanzamiento al público.
Google Gemini y SEO: ¿cuál será su impacto en la búsqueda online?
Pese a sus beneficios inherentes, la irrupción de las IA generativas está siendo mal asimilada dentro del sector tecnológico. Gigantes como Microsoft, Meta, Spotify o Tesla están inmersas en una oleada de despidos mientras elevan sus inversiones en inteligencia artificial. Google, que cerró el 2023 con más de 12 mil despidos, ha ido implementando servicios y herramientas que capitalizan los últimos avances en LMM y reclaman su pedazo del pastel a OpenAI.
Sin embargo, estos cambios han tendido a perjudicar la actividad de los especialistas en SEO, que además de lidiar con los resultados PPC y los rich snippets, deben hacer lo propio con los bloques de contenido generado por la Search Generative Experience (SGE) que progresivamente se instalarán en las SERPs durante el presente ejercicio. Las respuestas de Gemini propiciarán una experiencia de búsqueda más humana y consersacional, pero también acentuarán las búsquedas sin clic o zero click.
Con Gemini, Google promete no sólo revolucionar las búsquedas, sino también abrir una pequeña caja de Pandora, con efectos difíciles de predecir y no siempre beneficiosos para el usuario final. Las consecuencias inmediatas podrían ser las siguientes:
Una devaluación probable de los resultados orgánicos
La combinación de Bard, SGE y Gemini podría convertir la búsqueda en un interrogatorio donde el usuario ya no demanda fuentes de calidad, sino respuestas fáciles, ‘masticadas’ y listas para ser digeridas, sin derivar en la visita a ningún sitio web. De confirmarse esta tendencia, los resultados orgánicos se devaluarían sin remedio. Si los interrogantes clave a las consultas planteadas ya quedan resueltos por obra y magia de las IA generativas, ¿para qué molestarse en clicar y bucear en dos o tres sitios web?
Casualidad o no, la calidad del motor de búsqueda propiedad de Alphabet habría emperado en los últimos años. Una investigación conjunta de las universidades de Leipzig y Bauhaus, en colaboración con Scads.AI, llegó a esta conclusión tras evaluar 8.000 consultas. No deja de ser curioso que la sobreoptimización SEO, junto al spam y los enlaces de afiliados, figure entre los problemas detectados en este estudio, del que se hace eco Microsiervos.
Las IAG, competidoras más que aliadas
Pese a la intención manifiesta de Google de mejorar la búsqueda y «hacer que la IA sea más útil para todos», ese ‘todos’ no parece incluir a un grupo numeroso de creativos y creadores de carne y hueso a los que esta tecnología está haciendo la competencia. Más allá fue un informe de la publicación digital 404 Media que acusaba recientemente al buscador de relegar las piezas informativas escritas por humanos en favor de las generadas por las IA.
En respuesta a este ataque, el responsable de Search Liaison de Google, Danny Sullivan, negó que los contenidos generados artificialmente recibiesen un trato favorable. «Hay mucho contenido de IA en la web que no tiene una buena clasificación y, por lo tanto, no es bien recibido. El contenido de IA no tiene poderes mágicos de clasificación. Si el contenido es útil, entonces podría tener éxito [en las SERPs]», expresó el famoso tecnólogo en un hilo de tuits.
Sea como fuere, la influencia de SGE (tecnología asimilable a Gemini, salvando las distancias) impactó negativamente en el tráfico de visitantes de webs estadounidenses, que es el único mercado donde esta herramienta goza de cierto recorrido. En concreto, las pérdidas de visitantes oscilaron entre el 20 y el 64%, en función del sector y nicho, de acuerdo con un un estudio publicado en Search Engine Land.
PageRank, insensible al origen humano o artificial del contenido
El despido de Geoffrey Hinton, Blake LeMoine y otras voces críticas con las IAs demuestra hasta qué punto Google está comprometido con esta tecnología. En la entrega de resultados de búsqueda, el famoso buscador solo tiene en cuenta el contenido en sí, no a quién lo genera. Como explica Sullivan en su perfil de Twitter, «no se trata de si el contenido es generado por IA, por un redactor, por un trabajador independiente o el método de producción exacto, sino más bien el propósito y la calidad». Esto parece entrar en franca contradicción con Author Rank y otros indicadores que, hasta la introducción de Gemini/SGE, ponían en valor la reputación y autoridad de los autores del contenido.
En definitiva, la búsqueda online está en ebullición con el avance imparable de la IA, y el surgimiento de sellos destinados a visibilizar el contenido humano —Not By AI, Label Création Humaine, etcétera— no parece una solución factible, a la vista de la enorme cuota de mercado de Google (92%, según Statista), que continúa siendo la puerta de entrada a internet para millones de personas.
Guste o no, el futuro del posicionamiento orgánico en buscadores depende del modo en que Gemini, ChatGPT y otras inteligencias artificiales se integren en la búsqueda y colaboren, en vez de competir, con el universo de creadores humanos: redactores, programadores, expertos en marketing, etcétera.
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