Un Pictograma trata de expresar una palabra con una imagen sintetizada, debido a su facilidad para cruzar las barreras del lenguaje y su alta pregnancia.

Los pictogramas figurativos o isotipos buscan una representación de la realidad con objetos, animales, frutas… pero obviando los detalles y de forma simple.

El anagrama emplea letras o sílabas del nombre de la entidad cuando este es muy extenso. En base a esas letras se crea una nueva palabra que se lee como tal.

Esta clase de logotipo muestra la primera letra del nombre de la entidad o empresa que representa.

Estos son logotipos que se componen tan solo de una tipografía (normalmente única y original) que muestra el nombre de la empresa o marca.

El imagotipo también está formado por un isotipo y una tipografía pero totalmente independientes, lo que les da mucha libertad a la hora de crear composiciones.

La firma no es muy utilizada para definir una marca, salvo que queramos destacar a unos servicios o productos exclusivos, de calidad o “de autor”.

En los logotipos abstractos no se encuentra una relación evidente con algún elemento de la realidad.

Son isotipos de formas abstractas que usarn distintos colores, formas y composiciones para generar sensaciones.

Es una variante de logotipo en la que son utilizadas una inicial o varias entrelazando los rasgos de unas letras con otras para formar un signo fundido en una sola unidad.

Está formado por las letras iniciales de un nombre más complejo, y a diferencia del anagrama no tiene expresión fonética, ya que se lee letra a letra.

Un isologo se compone de la fusión de un isotipo o pictograma y una tipografía que no se pueden separar.

La imagen de la marca se convierte en una detallada ilustración. Puede ser más o menos realista o más o menos formal dependiendo del público al que se enfoque la empresa.